jueves, 24 de abril de 2008
siempre al corazon
No siempre abrían los ojos. Ese era un detalle que las películas interpretaban erróneamente. Pero si abrían los ojos, había que introducir la estaca bien y deprisa, antes de que pudieran chillar y despertar a los demás.Las películas siempre simplificaban los problemas. Esa es una de las primeras cosas que aprendí, después de conocer a los vampiros. Vampiros reales, no sombras en una película, seres auténticos, parte de un mundo de polución, semáforos y tiendas abiertas toda la noche. Estaba a punto de escribir <> autentica. He tenido que contenerme. Los vampiros no son nada de eso.Los ojos de Verónica, o los ojos del ser que antaño había sido verónica, se abrieron bruscamente cuando la afilada madera en el espacio situado entre sus pechos. Ella era una vampira fuerte, yo siempre lo había sabido. Golpeé la estaca con el mazo de hierro. Introduciéndola por el esternón hasta el corazón antes de que ella resistiera. Antes de que ella pudiera recobrar su poder. No tuvo tiempo de chillar. Sus ojos reflejaron horror, su boca se abrió en un jadeo que mostró sus afiladisimos dientes. Y todo acabo. La madera atravesó el corazón. Verónica se estremeció un momento y quedo inmóvil.Saque el machete de la caja de herramientas y separe cabeza y cuerpo, de modo que verónica no pudiera volver a ser vampira.Como ultima medida llene la boca de ajos. Siempre es útil estar seguros en tales casos.Deposite el mazo, el machete y los ajos restantes en la caja de herramientas y cerré con fuerza la tapa. Regrese a la ventana por donde había entrado. Por entonces había echo lo mismo tantas veces que casi era una rutina. Pero no podía consentirme un nuevo descuido.Había sido descuidado una vez, y los vampiros estuvieron a punto de vencerme.Todavía estaba pagando ese error. Me habían enviado a verónica.Son muy listos. Casi me convertí en uno de ellos. Se enteraron de mi existencia gracias al primer fallo. Yo había mostrado piedad, y vacilé cuando lo correcto es matar. La noticia de mi misión se propago por su comunidad, difundida por la vampira a la que permití vivir una sola noche mas.A parir de entonces me conocían. Sabían cuales iban a ser mis sentimientos hacia verónica, y que ella iba a introducirse en mi vida cuando yo mas la necesitaba.Me han oído hablar de películas. Así recuerdo a verónica, como si la hubiera conocido en una película.La vi por primera vez en un restaurante, avanzando bamboleante entre las mesas. Camino hacia mi igual que si Ingrid Bergman hubiera salido de <>.Era después del anochecer, por supuesto. Prefiero lugares concurridos en cuanto anochece. La multitud, siempre había pensado yo, me protegía de ellos. Estaba cenando solo. Ella lucia un vestido negro, una prenda de sencillo corte que hacia fascinante su figura. Su largo cabello era castaño oscuro, y su cara estaba pálida bajo el. Me resulto imposible apartar la vista de ella. Primero me sedujo la carnosidad de sus labios, luego el ángulo de sus pómulos y finalmente el color de sus ojos. Los tenia verdes, verdes con motas azules.En cuanto vi comprendí que tenia que hablar con ella. Verónica me miro un momento y paso junto a mi. Experimente el primer instante de miedo. Habría echo cualquier cosa con tal de que ella no se alejara de mi vida.
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